Seis historias que intentan
arriesgadamente lograr el concepto de continuidad en el tiempo, sin perder el
mensaje a ser transmitido. Con reminiscencias de Matrix los directores llevan a
escena el libro homónimo mediante tres horas de film (2,44), logrando seguramente,
dispares apreciaciones del espectador.
Seis historias que transcurren en
los años 1849, 1936, 1973, 2012, 2144 y 2321, ellas se entremezclan causando, al
comienzo, un torbellino de relatos que marean al espectador. A medida que cada
una se va profundizando, se irán posicionando mentalmente, para ser abordadas con una
necesaria dosis de esfuerzo a fin de darle continuidad y coherencia.
Subyace entre cada una, como un hilo invisible, un mensaje de
cierta continuidad entre personajes e historias, el sentido de las acciones
buenas y malas, respetando siempre y en forma extraordinaria el ambiente de la
época correspondiente.
Pensar hoy el futuro resulta
imaginable y desde allí aporta muy poco, solamente la lógica evolución de una
tecnología, en la que hoy ya existen bases suficientes para anticiparla.
Es difícil predisponerse
continuamente en un film a ser trasladado en forma continua, repentina y muchas
veces confusa de una historia a otra, mucho más complejo resulta frente a seis
historias y que ellas abarquen tanta diferencia entre años. Un espectador
predispuesto a ver una era post apocalíptica puede sentirse incomodo y hasta
aburrido ver la época de la fiebre del oro.
Hay cuestiones interesantes para
rescatar: el intento de producir un film diferente, una experiencia nueva que
lleva a debatir al finalizar y pensar en la necesidad de volverla a ver.
También rescatar los mensajes que deben ser
abordados por el espectador y creo que es lo más significativo del film. La
necesidad de crear un dios para unir a los explotados, la continua ambición
sobre la dignidad de las personas, la necesaria presencia de organizaciones
contrasistema, el histórico canibalismo humano y la esperanza de un camino, que
pese a todo, siempre queda abierto para un paso más.
Es increíblemente logrado el
trabajo de personificación de los actores, resulta necesario quedarse sentado
en los créditos finales, para poder ver las imágenes de los tantos personajes
que representaron los actores, es magnífico y allí se puede apreciar la calidad del actor.
En Argentina se estrenará (enero
2013) como "La red invisible", en Europa como "El atlas de las nubes". Yo logré
obtener una copia rusa subtitulada, denominada solamente Cloud Atlas.
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