LAS ACACIAS

Cuatro personajes fundamentales sostienen la obra, la pasajera, su hija, el camionero y el silencio, este silencio que ocupa la mayor cantidad de tiempo y marca los espacios vacíos de cada una de las vidas de los personajes adultos, es el traductor de lo que va sucediendo entre los tres. El ruido del motor del Scania le da ritmo cardíaco a un viaje del Paraguay a Capital para transportar troncos y una relación que se inicia desde la obligación de un pedido hasta el deseo de estrechar lazos y completar las ausencias y vacíos de cada uno.

Una cabina limita los ángulos de cámara y se debe aceptar los desenfoques propios de la cercanía, esta limitación también está presente en un libreto que, respetando el silencio como protagonista, podría haberse profundizado con mas indicios de sus vidas cotidianas, solo arriesga la ojeada de unas fotos del camionero.

Hora y media es mucho para el objetivo propuesto, un objetivo que se puede anticipar a mitad camino y por ende se va vaciando de sorpresa y profundidad dando a este film un tiempo efímero en el historial de películas nacionales.

Es de rescatar nuevamente a los actores, sus rostros, gestos y miradas sobresalen como el idioma mas eficiente y de sobremanera lo transmite Anahí, la pequeña que valga el comentario, posee un rostro mas boliviano que paraguayo.

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