AGUAS TRANQUILAS

Sin duda que es una virtud de los orientales profundizar sobre los ciclos de la vida, el respeto de los tiempos de la naturaleza desde la sencillez y profundidad de sus vidas.


Este film Japonés aborda los lentos y precisos pasos de la muerte hacia uno y también de uno hacia ella, así como, sin quedar en algo que finaliza, propone el paso hacia la vida en manos de dos jóvenes. Estos deben afrontar las situaciones de sus familias y superarlas para poder dar el paso hacia la felicidad cada uno de ellos y también la mutua.
Adecuándose el espectador a los ritmos orientales, podrá sentir un film que intenta profundizar sobre estos temas, aunque queda en la superficie, dando solo unos primeros pasos frente a lo sublime de la vida y de la muerte e incorporando el concepto de que para estar libre frente al paso de la vida se debe estar reconciliado con su entorno, algo particular en este abordaje.
En medio de paisajes costeros, con un mar que atrapa, cautiva, que cobra vida, transitan dos horas sencillas, simples, bien sonorizadas, con música del viento entre higueras centenarias, de olas en una playa poco habitada y una musicalización sutil y placentera.
Actores que se fortalecen con sus gestos, con expresiones que transmiten los adecuados sentimientos frente al drama y la esperanza.
Son criticables algunas escenas que cortándose en forma abrupta contradicen la armonía que intentan sus actores y el argumento.
Interesante intento que solo se aprecia porque es un film oriental, sino... le falta...



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