Resulta complejo realizar un análisis de un
film sobre una historia contemporánea, la realidad pone limitaciones que el
Director traspasa y decide enfocar algunos aspectos de la misma. Justamente
esta óptica es la que convierte en film a un hecho histórico sin que se
transforme en un documental.
También se complejiza al tener estereotipado al
actor en un estilo y verlo en uno opuesto, la actuación de Francella demuestra
un gran trabajo sobre la personificación de Puccio, aunque el espectador deba hacer
el esfuerzo de verlo serio y no imaginarse su sonrisa y picardía.
Superando estas limitaciones que uno puede
experimentar, deberemos ingresar a las opciones que realiza el Director,
dejando algunas de lado para enfatizar otras.
Mientras se deja en claro las vinculaciones del
“desocupado” Puccio con un poder residual post gobierno de facto, el film
penetra en la patología de una familia manipulada por Arquímedes, sin que los
mismos puedan desprenderse y liberarse (solo uno lo logra), llevándolos a una
complicidad padecida, imposible de desvincular sus culpabilidades ante la ley,
aunque este tema pueda dejar una puerta abierta en un debate psicológico sobre
los roles asumidos libremente u obligatoriamente.
Es de resaltar la ambientación de época, lográndolo
hasta en los mínimos detalles, aunque dejo una crítica a las bandas sonoras
utilizadas, las mismas le dan un aire a comedia frente a una tragedia padecida.
Recomendable para ver, pero necesariamente
habrá que releer la historia y mirar este caso abarcando muchos mas frentes que
el que decide resaltar el film.
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