Basada en la novela The Midwife de Katja Kettu, y ésta en la historia real de Helena, una partera en un pequeño pueblo del Fiordo del Hombre Muerto a orillas del Artico, que ve que su vida transcurre entre la monotonía y las limitaciones y ningún sueño es posible en aquel lugar.
Ante ello posa su mirada en un joven oficial nazi que posee como tarea fotografiar las acciones mas cruentas que estás atrofiadas mentes realizan.
Su situación posee un cierto paralelo con la protagonista, fotografiar la muerte lo lleva a no poder tener ni una aspiración sobre la vida.
Una ayudando a nacer para que los alemanes experimenten con la vida de las embarazadas y sus hijos, el otro cristalizando en imágenes el final de esas vidas.
Estas dos historias en medio de la Guerra de Laponia la irán sosteniendo como puedan, mientras intentarán fortalecer un amor limitado, condicionado, pero que sostiene la esperanza de salir del único camino que deben transitar.
Es de resaltar la figura de la protagonista (Krista Kosonen) sosteniendo con coraje la figura femenina, el valor, la imagen atrapante de la joven y la astucia, cautivarán al espectador, que en medio de ese horror mantendrá también el deseo esperanzado de que puedan concretar su sueño.
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