VIVA LA LIBERTAD

Viva la libertad refleja, con una sátira política, lo vivido por el candidato italiano que agobiado por su actividad y el entorno, decide desaparecer dejando una carta sin explicaciones a su asistente personal.

En medio de la campaña electoral su ausencia sin explicaciones, llevará a su asistente a buscar una salida, sustituirlo por su hermano gemelo, un profesor que había recibido el alta de un neuropsiquiátrico.

Así el film, basado en el libro “El trono vacío” de su mismo director, relata las acciones de “ambos” protagonistas, por un lado el candidato regresando a una situación de su vida pasada, alejado de su país y de sus conocidos y por el otro, el profesor que encara la campaña de su hermano desde el cargo de diputado.

Con una brillante actuación, el protagonista navega por las sutilezas que diferencian a los hermanos de una manera que el espectador, no necesitará observar diferencias externas, sino las particularidades de cada personalidad, para ir construyendo los minutos de cada uno en el film.

Resulta placentero disfrutar este cambio de personas con  marcadas diferencias de personalidad, pero con un margen de similitud y complementariedad que llevará a sus colaboradores, seguidores y oposición a convencerse, que tanto el diputado como el profesor, es su candidato dando un vuelco a su discurso, a su actitud, a su visión de la realidad, en pos de lograr la victoria electoral.

Sencilla, dinámica, amena y sin dejar de transmitir un valioso contenido, nos roba una risa en mas de una oportunidad. Para verla…

A QUIEN DUDA (texto utilizado en un discurso del film)

por Bertolt Brecht

Dices que nos va mal. La oscuridad
crece. Las fuerzas flaquean.
Después de trabajar tantos años
nos encontramos ahora en una situación
más difícil que cuando
comenzamos.

El enemigo es ahora
aún más fuerte que nunca.
Parece que ha crecido su fuerza. Ha cobrado
una apariencia de invencibilidad.
Mientras que nosotros hemos cometido errores,
es inútil negarlo.
Cada vez somos menos. Nuestras
consignas son confusas. Una parte
de nuestras palabras
ha sido tergiversada por el enemigo hasta convertirla en
irreconocible.

¿Qué es erróneo, falso, de todo aquello que hemos dicho?
¿Una parte o todo?
¿Con quién contamos todavía?
¿Somos supervivientes, arrastrados
por la corriente? Quedaremos rezagados, sin
comprender ya a nadie, incomprendidos por todos.

¿O podemos contar con la buena fortuna?

Esto preguntas. No esperes
otra respuesta que no sea la tuya.